Saturday, December 3, 2011

Sin dolor


El cuerpo humano es una máquina maravillosa. Lo escuchamos a diario, sí, pero te das cuenta de ello cuando te toca ponerlo a prueba. Bajando por un camino llamado Tumbas que atraviesa un bosque cercano al Desierto de los Leones, en un desnivel del single track la bicicleta se resbaló y se clavó en el lodo. En menos de un parpadeo estaba dando la vuelta en el aire y azotando contra la tierra con la bicicleta atorada entre las piernas. Iba solo y hacía un frío cabrón. Me reacomodé lentamente escaneando el cuerpo en busca de lesiones o fracturas. Todo parecía estar en su lugar a pesar de los varios dolores. Me incorporé y levanté la bicicleta para revisarla, entonces me percaté de este golpe por la cantidad de sangre que salía. Aún me faltaba como una hora de regreso y traté de moverme rápido antes de que empezara a dolerme. Durante el regreso el golpe, que en realidad eran dos, se hinchó como pelotas de golf y la sangre salía como efecto especial de película gore. Entonces me concentré en el efecto cerebral de las endorfinas, esas tres reinas conocidas como adrenalina, dopamina y serotonina. Comprobé que mi sistema neurotransmisor trabaja al 100. Al acercarme al área del Convento iba encontrando a ciclistas y caminantes que miraban mi pierna horrorizados, pero yo no sentía más que un leve dolor. Dos horas después tuve tiempo de llegar a casa, darme un baño, curarme y tomar varias pastas para el dolor. Así es la vida, como un rol en bicicleta. Lo curioso es que una semana después me duele. Mañana me voy a dar un rol a la montaña, otra dosis de endorfinas, eso me lo va a quitar.

Thursday, September 1, 2011

Por mi ciudad en bicicleta

De lo ordinario a lo extraordinario


Existe muy poca documentación sobre la historia y la cultura de la bici en nuestro país. Ésta es la importancia del libro Por mi ciudad en bicicleta / Experiencias de ciclistas en la Ciudad de México, una herramienta muy útil en la promoción del uso de la bici como medio de transporte.

Editado por la investigadora Ruth Pérez López y los activistas del pedal, el grupo de los Bicitekas, este libro recoge 41 testimonios orales y fotográficos de ciclistas urbanos que dependen de la bicicleta para trabajar y moverse en la ciudad.
Las entrevistas fueron recopiladas por la autora, trabajo enriquecido con datos y cifras duras producto de sus investigaciones. El trabajo visual corrió a cargo de cuatro fotógraf@s que salieron a cazar ciclistas con sus cámaras: Annika Börm, Claudia Wondratschke, Mariana Sánchez y Aarón Borrás (también autor de la foto en la portada), quienes recorrieron las calles y avenidas durante dos años para encontrar y retratar a los personajes sobre ruedas en su cotidiano pedalear.A lo largo de sus páginas, en una colorida edición diseñada por Agustín Martínez, pasan rodando los estudiantes, profesionistas, artistas, comerciantes, activistas, niños, celebridades, personas de todos los oficios, edades, géneros, preferencias y tendencias. Todos tienen en común las dos ruedas de la bici que usan diariamente. En este universo, resulta interesante distinguir dos grupos: quienes se consideran a sí mismos ciclistas urbanos, pedalean con casco, guantes y prendas reflejantes. Y los que han pedaleado toda su vida sin saber que son ciclistas y se consideran peatones. Cada uno aporta sus experiencias, anécdotas y reflexiones al respecto, lo cual descubre la gran diversidad del ciclismo y demuestra que la bicicleta es el vehículo más versátil y democrático.Los ciclistas van y vienen, suben y bajan, salta y esquivan, no importa si hace frío o calor, si llueve o cae el sol como plomo, ellos pedalean entre los coches, atravesando parques y avenidas, rumbo a su destino. “Siento que vuelo”, dice la sonriente Renée Solís, de nueve años de edad, en el testimonio más emotivo del libro. Y tiene toda la razón, la bicicleta tiene esa cualidad, la de convertir lo ordinario en extraordinario.

Si deseas saber más: http://ciudadenbici.wordpress.com

*Publicado en Bike a Fondo 28.

David Byrne en México

Pedaleando con ritmo, melodía y armonía, David Byrne concluyó en México la gira por Sudamérica para presentar su libro Diarios de Bicicleta (Sexto Piso) y participar en el foro organizado por el Instituto de Transporte y Desarrollo de Políticas (ITDP), Ciudades, Bicicletas y el futuro de la Movilidad.


El célebre fundador del grupo Talking Heads es un polifacético artista multimedia que realiza cine, fotografía, pintura, escultura e instalación. Además es un ciclista urbano comprometido con la causa de la movilidad en las ciudades.

Desde hace más de treinta años que se mudó a Nueva York adoptó a la bicicleta como medio de transporte ante el absurdo del tráfico y el calentamiento global. Un día se dio cuenta de que en bici podía recorrer en minutos lo que en coche le tomaba horas, sin contaminar, sin perder tiempo y sin estrés. Cuando iniciaron sus giras artísticas durante los ochenta, solista o con su grupo, tuvo la idea de llevar una bici plegable para rodar por las ciudades que visitaba. Así fue descubriendo el sentido real y el alma de cada urbe. De todas esas experiencias nació su libro Diarios de Bicicleta, que presentó en Guadalajara y Monterrey.

Byrne pensativo. Foto: Paula Villanueva Ordás.


Entre las páginas de estos diarios sobre ruedas cuenta cómo empezó su hábito por pedalear desde que era joven en Baltimore y cómo adquirió la conciencia de la movilidad en N.Y. En seguida hace un extenso y detallado recorrido por diversas ciudades del mundo como Berlín, Estambul, Buenos Aires, Manila, Sidney, San Francisco y Nueva York, mientras reflexiona sobre arte, urbanismo, arquitectura, historia, economía, sociedad y medio ambiente.

A la par del libro, Byrne realizó una serie de diseños conceptuales para biciestacionamientos que hoy existen en las calles y los parques neoyorkinos. Su hábito de pedalear y la inspiración artística sobre ruedas nacieron de su inquietud por mejorar la vida de las personas en las ciudades. Según explica, la mentalidad de los ciudadanos está cambiando en todo el mundo, no sólo respecto a sí mismos y el lugar en el que viven, también la percepción que tenían acerca de la bicicleta. La gente está buscando opciones para hacer su vida más amable y saludable en las grandes urbes. Y el autor del libro considera que la bicicleta es un medio para llegar a eso que él llama las Ciudades Imaginarias, donde los ciclistas y los peatones son los protagonistas.

Byrne considera que las ciudades están llenas de zonas muertas o atestadas de coches. Rescatar el espacio urbano y devolver la vida que alguna vez tuvieron estas zonas puede lograrse si se utiliza la bicicleta como un instrumento limpio y amigable. Siendo músico que ha explorado diversos ritmos y géneros, no puede evitar concebir la bicicleta como un instrumento musical y la ciudad como una orquesta que puede organizarse y afinarse para tocar un concierto. Esta visión sonora del mundo se aprecia mejor en su instalación interactiva Playing the Building (Tocando el edificio), donde el visitante puede hacer música con todos los objetos que se encuentran ahí. Lo mismo sucede con la bicicleta y todo lo que hay en las calles, sus sonidos organizados pueden convertirse en música.

La Ciudad Imaginaria suena muy bien sobre dos ruedas, sin embargo, al rodar por nuestras ciudades tuvo un par de percances menores por los baches. El artista reconoció los avances en materia de ciclismo urbano en nuestro país y por esta razón participó en el foro de movilidad que se llevó a cabo en el Roxy de Guadalajara y en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco del D.F. También se unió a la campaña regional (Argentina, Colombia, Chile, Perú, Brasil y México) para pedir el 5% del presupuesto de las ciudades orientado a transporte ciclista a través del Fondo para la Bicicleta, que contempla infraestructura, educación y promoción del uso de la bici (www.itdp.mx/5porciento). Además fungió como juez en el concurso de diseño gráfico convocado por el ITDP con motivo de su visita. Sin duda, una cabeza rodante que genera ideas brillantes.


*Publicado en Bike a Fondo 28


Tuesday, August 2, 2011

Cabezas Rodantes

Diarios de Bicicleta meets Las Bicicletas y sus Dueños. Durante la visita de David Byrne a México, Rueda Libre salió a su encuentro.

Monday, August 1, 2011

Ganadores del concurso de cartel ITDP-David Byrne

1er. Lugar. Carlos Contreras Angoa
Diseñador independiente. Premio: una bicicleta EVOLUFIA, más un paquete de 4 libros:Por mi ciudad en bici, Las bicicletas y sus dueños, La Revolución de las Mariposas y Diarios de Bicicleta.

2ndo. Lugar. Luis Gómez
Diseñadores del colectivo Pueblo Bicicletero, en Monterrey.Premio: El paquete de los 4 libros.

3er. Lugar. Luis Herrera

Diseñadores del grupo ciclista ABC Quito, Ecuador. Premio: El libro de David Byrne, Diarios de Bicicleta.

Friday, July 15, 2011

Tuesday, June 21, 2011

Las cabezas rodantes generan ideas brillantes

Por este motivo, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés) y la Red Nacional de Ciclismo Urbano (BiciRed) te invitan al concurso de diseño gráfico Like Humans do EN BICI.

¿Tú o tu grupo han hecho diseños para promover el uso de la bici como medio de transporte?
Envíalos a morozco@itdp.org con estas medidas:
- 61 x 91.5 cm.
- Formato: JPG, PDF, PNG
- Resolución mínima 270 DPIs.
- Archivo comprimido para facilitar su recepción

Envía tu material del 20 de junio al 18 de julio del año en curso.

David Byrne seleccionará los primeros lugares:

1ero.
Una bicicleta, más un paquete de 4 libros: Por mi ciudad en bici, Las bicicletas y sus dueños, La Revolución de las Mariposas y Diarios de Bicicleta.

2do.
El paquete de los 4 libros.

3ero.
El libro de David Byrne, Diarios de Bicicleta.

Todos los diseños serán exhibidos en noviembre, durante el 4º. Congreso Nacional de Ciclismo Urbano en Monterrey.

Las cabezas rodantes generan ideas brillantes

Wednesday, June 15, 2011

Como el niño con los zapatos rotos

Aunque conozcas tus reacciones más comunes, es imposible saber cuándo te asaltará un sentimiento que no recuerdas haber tenido. El domingo antepasado se rompió el rin trasero de mi bici de montaña. Ya no pude seguir el rol. El Alexrim estaba desgastado y resentido por el paso del tiempo en los caminos, tronó en pedazos y la rueda de la Kona Blast dejó de girar. Sobrecargado de energía como andaba, regresé al micrositio, saqué la Merida de ruta y me lancé a la carretera.

Como ando bruja, rescaté dos rines usados Araya que tenía guardados (siempre guardo y reutilizo todo) y me fui directo al taller La Fe, donde Noé y su papá hicieron un buen trabajo. Uno de los Araya de plano estaba muy jodido (el trasero) y le tuvieron que meter uno nuevo. Pero la cosa no paró ahí. Como el desgaste de los mecanismos y las piezas de la rila es general, al cambiar el rin y meterle uno ajeno, también tuvieron que cambiarle la rueda libre y el caset, un Shimano más pequeño y accesible a mis posibilidades.
Total, que la Kona quedó medio hechiza entre piezas originales, otras recicladas y las nuevas adaptadas. El domingo pasado me lancé a dar un rol para probarla en el Desierto de los Leones. Y sí, la bici quedó bien, pero ya no era la misma. Le cambiaron el alma. Pesada y lenta para subir. Algo muy parecido a lo que sucede cuando el disco duro de la Mac se te jode y lo tienes que cambiar. Funciona, prende y todo, pero no es la misma Mac; queda lenta, limitada, despersonalizada, vacía, desconocida…
Para rematar, estando arriba en las piedras de Muñecos, me encontré a unos compas de la bici. Estuvimos platicando un momento y me percaté de sus rilas: pura fibra de carbón y doble suspensión. Entonces, lo que nunca me había pasado ni con mis amigos que andan muy bien montados, me sentí como el niño con los zapatos rotos en la escuela. Nunca había experimentado esa sensación, que no es envidia, sino una extraña mezcla de tristeza, frustración e impotencia. Bajamos por Venados, un retorno largo y rudo, y de nuevo sentí que la Kona era una carcachita. Lo nuevo hizo más evidente lo viejo. Tiene cinco años de uso extra intenso y no sé cuántos kilómetros, caminos, montañas, terrenos y climas le he metido. Tampoco tengo una sola queja, al contrario, la Kona es una chingona con esa suspensión Bomber bien cabrona. Pero la veía y la sentía vieja, lista para la jubilación.
Corto de dinero, tendré que ahorrar para hacerme de una nueva. Mientras tanto, ya estoy reconvirtiendo una Specialized Hard Rock que uso en el bosque de asfalto. Cualquier cosa menos dejar de rodar. Después de tres años, el próximo fin de semana le daremos su estrenón en la montaña. La Kona, mi fiel montura Blast, ya está lista con sus llantas slick para rodar por la ciudad.


Sunday, April 24, 2011

Monday, April 18, 2011

El Día Mundial de la Bicicleta

La Condor de Albert Hofmann*
El 19 de abril se festeja el Día de la Bicicleta, en honor al genio suizo de la bioquímica que sintetizó el LSD en los laboratorios Sandoz.

En esa fecha de 1943, a los treinta y siete años de edad, Albert Hofmann se convirtió en el primer hombre que viajó en ácido lisérgico, mientras pedaleaba su bicicleta a través de la ciudad de Basilea, Suiza.
La vida y la obra científica de este hombre estuvieron marcadas por la espiritualidad. El turismo sicodélico quizá no se imagina todo lo que hay detrás de ese alegre papelito, además de la pirotecnia sensorial. Su descubridor nació en una familia pobre y religiosa de Aargau, un cantón suizo cerca de Francia, y se quedó huérfano de padre a muy temprana edad. Tuvo que trabajar durante la adolescencia para mantener a su familia, pero creció fascinado por la belleza natural que le rodeaba. A los veinte años, sin dejar su trabajo en la fábrica, estudió Química en la Universidad de Zurich y presentó una tesis doctoral sobre la quitina. En 1935 ya era Director de Investigación Farmacéutica de Productos Naturales del pequeño laboratorio Sandoz, en Basilea, donde se dedicaba a estudiar el potencial medicinal de las plantas. Tres años más tarde, su trabajo lo llevó a encontrarse con los espíritus que habitan en la naturaleza.
El doctor investigaba los alcaloides del cornezuelo, el hongo del centeno, en busca de un estimulante circulatorio y respiratorio para aplicarlo en obstetricia, cuando absorbió por vía cutánea la dietilamida tártriga, el derivado #25 que sintetizó del ácido lisérgico. No tardó en caer dormido. Fue un largo y extraño sueño en espiral de mil formas y colores. Al despertar, supo que había encontrado algo nuevo. Tres días después, Hofmann se sometió a un plan experimental y se suministró una dosis de 0.25 miligramos de LSD. Le pidió a su asistente W.A. Kroll que lo acompañara a casa y se fueron en las bicicletas, porque la guerra restringía el uso del automóvil. En ese trayecto, el ácido encendió su mente y descubrió algo nunca antes visto que lo aterró y lo fascinó: un universo por explorar, el paisaje de la mente humana. Este primer viaje lisérgico, un viaje fantástico en bicicleta, es bellamente descrito en su libro Mi niño problema.
¿Qué velocípedo tuvo el honor de llevar a Hofmann el proclamado Día de la bicicleta? A pesar de ser un país neutral, en Suiza todos los hombres deben cumplir el servicio militar. El ejército es preciso como sus navajas y sus relojes. Su principal medio de transporte entonces era la Swiss Army Bicycle, fabricada desde 1904 por la compañía Condor-Werke-AG, también fabricante de las primeras motocicletas europeas. La Condor que seguramente montó Hofmann era un rediseño mejorado de la Raleigh DL-1, creada por el ejército inglés durante la Primera Guerra Mundial, equipada para transportar a las tropas, con un sistema de siete velocidades. Por supuesto, la bici del doctor tenía salpicaderas y lámparas de dínamo que encendían al pedalear, pero no las canastillas, las alforjas, las cantimploras, el radio, el portametralleta, el cargamuniciones, el botiquín, las herramientas o la bomba de aire.Ilustración de Maru Sandoval. Las Bicicletas y sus Dueños.

En 1958, Albert Hofmann también sintetizó la silocibina del teonanácatl, el elemento sicoactivo del hongo mexicano. Sin embargo, la dietilamida del ácido lisérgico tuvo una influencia superior. El hallazgo ha tenido un impacto considerable en la cultura; la medicina, la ciencia y la tecnología, la siquiatría, el arte, la filosofía, la religión y la contracultura se han visto influidas por la sustancia.
El LSD impregnó el papel de la historia y logró seducir e inspirar a notables neurólogos, siquiatras, sicólogos, pensadores, militares, programadores, escritores, músicos, pintores y otros artistas. Fue considerada una herramienta muy útil para la siquiatría y la sicología en tratamientos de neurosis, alcoholismo, transtornos de la personalidad y enfermos terminales con resultados positivos en treinta y cinco mil pacientes. Pero su uso sicoterapéutico causó reacciones y controversias de todo tipo. Posteriormente, entre los años cincuenta y sesenta, el ejército de los Estados Unidos no perdió la oportunidad de probarlo en busca de una poderosa arma de control mental, hizo pruebas con sus soldados y luego experimentó en clínicas donde pagaba setenta y cinco dólares a los voluntarios.
El alucinógeno despertó un creciente interés en los catedráticos de Harvard, Timothy Leary, Ralph Metzner y Richard Alpert, quienes más tarde fundaron su instituto de crecimiento espiritual y se convirtieron en los gurúes de la contracultura que floreció en los sesenta. El ácido detonó el movimiento sicodélico y su caleidoscopio de comunas hippies, una revuelta pacífica encabezada por escritores y músicos como Ken Kesey, Allen Ginsberg y Jerry Garcia. Durante la década de los noventa, la sustancia fue retomada por la cultura rave.
Las controversias sobre el LSD continúan hasta la fecha, así como su condición ilegal. En 1993 fue creada la Fundación Albert Hofmann, con motivo de los cincuenta años de sus investigaciones. El objetivo es difundir y hacer del conocimiento público el archivo científico y los resultados obtenidos en la exploración sicodélica de la mente. En aquella ocasión, dijo: “Cincuenta años de experiencia son nada. Se requiere más tiempo para estudiar una sustancia que muestra nuevas y extraordinarias propiedades.”Tomada del blog En Bici por Santander.

El corazón de Hofmann se detuvo el 29 de abril de 2008, a la edad de 102 años, pero en su kilometraje acumulaba un milenio de conocimiento. El bioquímico siempre gozó de cabal salud y el prestigio de un visionario en diversos ámbitos de las ciencias y las artes. Siconauta por motivos profesionales, su búsqueda de conocimiento lo llevó a explorar otras dimensiones de la realidad. “Desconozco espíritus distintos de los que alberga la naturaleza”, declaró al cumplir cien años y recordar que su objetivo es encontrar una medicina para el alma.
De ninguna manera se invita a los lectores a consumir ácido, pero sí a pedalear una bicicleta y a descubrir los encantos de la naturaleza, cuyos caminos se abren como los dedos de una mano para recorrerla. Que tengan buen viaje.


* Tomado del libro “Las Bicicletas y sus Dueños”. 2ª. Edición.

Saturday, April 9, 2011

Mujeres en bicicleta

Tacones y pedales, belleza y actitud en equilibrio


Las mujeres en bicicleta cambiaron la política, la moral, la moda y la economía con su sensual zig-zag desde 1890. Hoy siguen causando revuelo al pedalear por la libertad femenina y la movilidad urbana.

Del 23 al 25 de marzo se realizó en España el congreso internacional Velo-City Sevilla 2011, el Ciclo de la Vida, que contó con la participación mexicana de Mujeres en Bici, grupo dirigido por Martha Eréndira, Helga Marie González-Nieves, Maritza Montero y Paola Gómez. “Lo único que nos detiene es el freno de nuestra bici”, afirmaron durante el Paseo en Bicicleta con Tacones, recorrido de altura sobre Reforma con el que celebraron dos años de rodar.

Celeste, la bicicleta para mujer
En 1895, la reina Margarita de Italia mandó traer al mejor fabricante de bicicletas. De Milán se presentó Eduardo Bianchi, quien le tomó la medida a su majestad y fabricó la primera bici diseñada para mujer: una Safety cycle (las dos ruedas del mismo tamaño) con el tubo superior del cuadro curvo para subir y bajar fácilmente. La pintó del color de los ojos de la reina y la llamó “Celeste”. Ante la petición real para que le enseñara a pedalear, Bianchi abrió la primera escuela de ciclismo femenino.La Reina Margarita de Italia.

Las mujeres ya habían tomado las calles de Norteamérica en bici. El 23 de abril de 1895, el Indianapolis Weekly reportaba: “Hace cinco años, cuatro mujeres pedalearon por primera vez aquí, para el profundo disgusto de los caballeros de la ciudad y el más profundo disgusto de las damas. Ahora las mujeres que pedalean son legión y su número se incrementa”. Este flujo masivo de mujeres ciclistas es para David V. Herlihy, autor del libro Bicycle, “la consecuencia social más importante del boom de la bicicleta”.
Las pioneras del ciclismo femenino no empezaron por moda, deporte o pasatiempo, para ellas pedalear era una causa, mejorar sus condiciones de vida, afirmar la independencia y la igualdad. Para demostrarlo, en 1896, Margaret LeLong pedaleó desde Chicago hasta San Francisco, 2,982 km., con su polvera y un revólver. Las mujeres en bici eran mal vistas, sobre todo por los defensores de la decencia, quienes consideraban inmoral que las féminas pedalearan. Se advertía seriamente sobre la imposibilidad de tener hijos, el uso de ropa indecente, las relaciones impropias con desconocidos y ese acto depravado de frotar los órganos sexuales con el sillín. A pesar de esto, el ciclismo femenino estaba en marcha y ganaba terreno.
La vestimenta que usaban también causó controversia. Las faldas largas de equitación y los corsés no servían para montar la bicicleta. Por lo que se diseñaron prendas que les permitieran moverse y respirar sin dejar al descubierto parte alguna de las piernas ni atorarse con el mecanismo de la bici. El resultado fueron los turcos o bloomers, bermudas holgadas que se ajustaban un poco más abajo de las rodillas. Se usaban con medias gruesas y botines. O la falda confeccionada para ciclismo, dividida como trusa masculina. Por supuesto, esta ropa motivó el escándalo porque borraba la diferencia entre los sexos. Angeline Allen irrumpió con esta moda y se hizo famosa por sus apariciones en The National Police Gazette, criticada por pedalear con pantalón corto desde 1893 en el Asbury Park de Nueva Jersey, mientras desafiaba los códigos de vestimenta de la época. Dos años después, el ciclismo femenino y sus accesorios causaban furor. La industria empezó a crear todo para la mujer, dueña de la tercera parte del mercado ciclista.
Margaret Lelong, ciclista y activista.

En 1896, Susan Brownell Anthony, activista de los Derechos Civiles, recorría los Estados Unidos en tren y en bicicleta como oradora sobre los derechos de la mujer y el voto: “Creo que el ciclismo ha hecho más por la emancipación de la mujer que ninguna otra cosa en el mundo. Le da una sensación de libertad e independencia. Yo me alegro cada vez que veo a una mujer en bici. La feminidad libre y sin ataduras”.
El ciclismo se declaró disciplina olímpica en los Juegos de Atenas en 1896; sin embargo, la participación de la mujer tuvo lugar casi un siglo después, hasta las competencias olímpicas de Seúl en 1988. Es probable que la ciclista más brillante sea la noruega Gunn Rita Dahle (Oro en Atenas 2004), con más de quince medallas de oro ganadas desde 2001. Más allá del ámbito deportivo, el ciclismo femenino se desarrolló por otras rutas. Como menciona Carmen Díaz en Ciudad en Bici (No.10, febrero de 2011) ha tenido entre sus mejores activistas a Claire Morrissette, ambientalista y ciclista canadiense fallecida en 2007, autora del libro Dos ruedas, un futuro: la bicicleta en la ciudad. Morrissette fundó el colectivo El Mundo en Bicicleta y la organización Ciclo Norte-Sur para donar más de 30,000 bicis a los países del sur. Logró que se reconociera el derecho de los ciclistas a subir la bici al metro de Montreal y a cruzar el puente de la isla. Por su parte, Caroline Samponaro, actual Directora de Promoción de la Bicicleta de la organización Alternativas de Transporte, es una de las personas que le han cambiado la fisonomía a Nueva York para transformarla en una ciudad de peatones y ciclistas.

“Tacones, el motor de mi bici”
La actitud de la mujer mexicana ante la bicicleta está cambiando. A taconazos y pedalazos le pierde el miedo en abierto desafío al mundo y a los coches. Las medallistas lo han demostrado, Belem Guerrero (Plata en Atenas 2004), Isabel León Moncada (Oro en el Campeonato Mundial Master Inglaterra 2005) y Carmen Alicia la “Popis” Muñiz (Récord Guiness Master, 26 horas sin parar, a los 62 años), entre las jóvenes de nivel internacional como Lorenza Morfín, Giuseppina Grassi, Daniela Campuzano, Lorena Dromundo y Roxana Islas-García, lista para rodar de Tijuana a Cancún, 4,500 km. Rompen récords y prejuicios, el ciclismo ya no es una actividad dura y peligrosa para ellas.
Mientras los hombres competimos como simios para demostrar superioridad, ellas organizan y conducen el ciclismo de ciudad. Integrada en 2008, la Red Nacional de Ciclismo Urbano, Bicired, organiza a más de cuarenta grupos en un movimiento ciclista que propone soluciones de movilidad. Las cabezas de las organizaciones fundadoras y de las iniciativas son mujeres. Areli Carreón preside a los Bicitekas, el grupo de ciclismo urbano más importante del D.F., en cuyo consejo directivo se encuentran Marianna Sánchez, Mónica Sánchez y Ruth Pérez, creadoras del grupo femenino Biciellas Chamacletas Urbanas. En la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal, Martha Delgado y Dhyana Quintanar, ex Coordinadora de la Estrategia de Movilidad en Bicicleta de la Ciudad de México, tuvieron a su cargo la implementación del sistema Ecobici. Para su planeación el Gobierno del D.F. contó con la asesoría del Instituto de Transporte y Desarrollo de Políticas (ITDP), donde ahora se encuentra Quintanar con Mariana Orozco y Karina Licea.Belem Guerrero, guerrera del pedal.

Guadalajara es la ciudad más avanzada en cuestión de ciclismo y movilidad urbana gracias al colectivo GDL en Bici, sin duda el más importante del país con un poder de convocatoria masiva. Al frente se encuentran Patricia Karenina y Patricia Martínez, entusiastas y aguerridas creadoras del grupo Femibici, dedicado a dar paseos, clases, cursos y talleres para mujeres que desean empezar a pedalear. Con ellas están Roon Gómez y Jane Jacobs, Superbicla, al pie del pedal. El equipo editorial de su publicación, Ciudad en Bici, lo encabezan Vanesa Robles y Ana Trejo. Y la lista de mujeres ciclistas crece, Nancy Salcedo de Paseo a Ciegas, Susana de la Fuente de Alebrijes, Alma Álvarez de Bici Verde, Eli de Bicla, Elena de Saca la Bici en Querétaro, Laura Saldívar Tanaka de Pedalazo en Chiapas, Cempacleta Franco y Gloria González de Bicicálidos en Aguascalientes, Cabrita Bike en Torreón, Jenny Zapata en Chihuahua… Pura belleza y actitud en equilibrio.

* Publicado en la revista Milenio Semanal #700.








Sunday, March 13, 2011

Choppers

Durante los años setenta, muchos de nosotros crecimos pedaleando una Vagabundo. Era la primer bici de su tipo en México, fabricada por la compañía Windsor que se fundó en 1964. El origen de estas bicicletas con su rueda pequeña al frente y su manubrio alto es rebelde y contracultural.

En 1958, los motociclistas de California empezaron a modificar las Harley-Davidson alterando sus formas. La compañía los odiaba por cambiar el diseño original con piezas que ellos fabricaban para estilizarlas y personalizarlas. The Hell´s Angels Motorcycle Club hicieron los primeros manubrios altos tipo Easy Rider con las patas cromadas de las sillas y las mesas de formaica. A sus creaciones las llamaron Choppers.Esta tendencia no pasó inadvertida para el ingeniero Al Fritz de la compañía Schwinn, en 1962 se le ocurrió diseñar una bicicleta para personalizar con la estética Chopper: la rueda trasera de 20 pulgadas y la delantera de 16, el asiento largo tipo banana con respaldo elevado y el manubrio alto long horn. Así nació la Sting-Ray J-38, que tan sólo en 1963 vendió más de 40 mil unidades. Posteriormente, en 1968, la Sting-Ray Krate incluía tijera springer de muelles, amortiguadores, salpicaderas y la palanca stick-shift para el cambio de cinco velocidades Shimano. Los accesorios como el radio y las luces eran opcionales. Esta bici sirvió, además, como base para las primeras BMX Cross del también californiano Scott Breithaupt en 1969.
Del otro lado del océano, las compañías inglesas Raleigh y Rudge notaron el auge de estas bicicletas en América y ambas marcas lanzaron sendas series Choppers que tuvieron un éxito arrollador entre los niños y adolescentes británicos. En 1968, Raleigh dedicó su producción entera a la versión inglesa de la S-R, una bici de cuadro anguloso, manubrio ape hanger y un cambio de cinco velocidades Sturmey-Archer.
Y la Sting-Ray no paró ahí, sus características de diseño para personalizar la convirtieron en la bici óptima de los cholos para tunearla como Low Ride, rilas fantásticas que brillan como joyas, equipadas y decoradas con un estilo recargado. Por todo ello la Chopper es una bici clásica codiciada entre coleccionistas, después de cinco décadas de rodar continúa desafiando estilos y modas como un extraño objeto del deseo.

Saturday, February 26, 2011

Basura ciclista

Una de las misiones más elevadas del ciclomontañismo es respetar y conservar la naturaleza. Por ello sorprende y molesta encontrar basura ciclista en las rutas de montaña más concurridas.

La filosofía de la Asociación Internacional de Ciclismo de Montaña (I.M.B.A.) se basa en cuatro pilares: Speak / Build / Respect / Ride. El tercero hace referencia precisamente al respeto del entorno, al cuidado de los recursos naturales, la flora y la fauna. Es un compromiso que se adquiere al rodar en cualquier camino natural -y urbano-, una regla de oro en el código de ética del MTBiker.
Pero en los alrededores del D.F. y el Estado de México no es así. Al rodar por lugares como Chiluca, la presa Iturbide, el Desierto de los Leones o el Ajusco, la basura florece en los caminos, en las veredas y en los singletracks, en los puntos de reunión y en los parajes más alejados. ¿Cómo se distingue la basura del ciclista? Acostumbra dejar empaques de gel energético, envases de bebidas isotónicas, envolturas de chocolates y barras de cereal, latas de bebidas energéticas… desperdicios que no son biodegradables al menos en 100 años.
¿Serán ciclomontañistas quienes van dejando este tipo de cosas en sus roles? Es decir, tengo la fortuna de conocer y rodar con ciclistas de montaña que suelen recoger al menos una botella de plástico cada vez que salimos a rodar. Salvo los que dejan sus rastros y desperdicios, a nadie le gusta alcanzar los sitios a los que sólo se llega en bici o a pie, verdaderos pedazos del cielo en la tierra, y encontrar basura ciclista.El plástico es una plaga que debemos combatir. De acuerdo al Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable, la basura que dejan los pseudociclistas de montaña contamina el presente y el futuro como sigue: botella de cristal, 4000 años en degradarse; botella de plástico, de 100 a 1000 años; vasos desechables, 1000 años; pilas, 1000 años; bolsas de plástico, 150 años; encendedor, 100 años; tetra-brik, 30 años; lata de aluminio, 10 años; chicle, 5 años; papel, 1 año; comida y desechos orgánicos, de 3 a 4 semanas. Que recojan su basura, no tiene precio.
Antes de tirar o dejar algo así, conviene pensar que estamos acabando con los bosques y condenando a nuestros hijos, a los hijos de nuestros hijos, a los hijos de los hijos de nuestros hijos y así hasta el fin del mundo…

* Publicado en Bike a Fondo.

Saturday, February 5, 2011

Historia del Movimiento Ciclista Mexicano


Los compañeros de Bicitekas Agustín y Mónica realizaron esta investigación y video sobre la historia del Movimiento Ciclista Mexicano que hoy se organiza en la Bici Red.

Sunday, January 23, 2011

Jazz en dos ruedas para tribus ciclistas


Cada vez que me preguntan cómo o por qué se me ocurrió hacer un libro así, contesto al mejor estilo de los músicos de jazz o de los ciclistas: con algo que improviso en ese momento.

La verdadera historia fue y sigue siendo impredecible, como un jazz con su gran solo de trompeta o de saxofón, por lo que he tenido que dar explicaciones de todo tipo. Lo único cierto no lo he dicho todavía y me dispongo a revelarlo: esto empezó como una idea de hacer escultura con chatarra de bicis.
En diversas ocasiones he comentado que la música y las bicicletas van del pedal y del manubrio. Creo en esto porque la música es movimiento: basta que empiece a sonar para que sus vibraciones muevan al cuerpo, al espíritu y al mundo. Incluso la estructura de la música clásica se organiza así, en “movimientos”. Por su parte, la bicicleta es una máquina de propulsión humana cuya única condición para mantenerse en equilibrio es permanecer, precisamente, en movimiento. Así tenemos que la música y las bicicletas están unidas por esta condición de la física que bien podría ser una canción.
Si se observa el movimiento de una bicicleta, va de un lado a otro pero mantiene una dirección, parece una canción de jazz. La misma palabra jazz tiene dos letras que se deslizan como las ruedas de la bicicleta. Pues ese movimiento de la bici es lo más parecido al vuelo de una mariposa, diría Oscar Patsí en su libro La Revolución de las Mariposas. El movimiento de la bici es un bello y sensual zig-zag, impredecible como la historia de este libro:

Un sábado del 2000 estaba en el taller Velo Sport, en el corazón de mi ciudad natal Satélite, donde Daniel, el mecánico, ajustaba las velocidades de la bici con su llave allen y su oído. Al verlo maniobrar imaginé que afinaba un instrumento musical antes de que yo saliera a dar un concierto. Sí, para pedalear se necesita ritmo, melodía y armonía que sólo se consiguen con la práctica. Ya sea solista, con el grupo o con la orquesta sinfónica, el piano, la guitarra y la bicicleta deben estar afinados. Pues aquella mañana salí y di un conciertazo en la calles, entonces tuve la inquietud de hacer algo más con las bicis que montarlas y pedalearlas, como Daniel el mecánico.
Desde niño me han gustado las artes plásticas y tuve la oportunidad de estudiar tres años con el maestro Rafael Sánchez de Icaza. Al pasar el tiempo dejé la pintura por la escritura, sin embargo, gracias a esta inquietud bicicletera, también nació en mí una pretensión de hacer arte y se me ocurrió, según yo, la brillante idea de crear esculturas con chatarra de bicicletas. Poco después descubrí la Rueda de Bicicleta de Marcel Duchamp, la Cabeza de Toro de Pablo Picasso y las Cuatro Bicis de Gabriel Orozco. Inspirado por semejantes artistas, llené mi patio con desechos de bicis, hice bocetos y pre armé piezas. Pero técnicamente no sabía cosa alguna. Necesitaba soldadura autógena y, además, no podría unir por este proceso metales como el acero y el aluminio. Logré hacer algunas réplicas de las esculturas mencionadas, alguna que otra cosa pequeña de escritorio, pero nada más. Cierto día me tuve que mudar a un departamento y no pude cargar con mi chatarra, así que abandoné la idea de ser escultor y me alejé cual ciclista en el horizonte.
Al girar la rueda del tiempo mi mente se movió. En esos días viajé mucho por motivos de trabajo y personales, entonces descubrí la auténtica cultura de la bicicleta y los libros sobre bicis que se publican por allá, una bibliografía fantástica de la que carecemos por acá. Entonces tuve la segunda gran idea: el proyecto de las bicis se convirtió en un libro de fotografía muy artístico, en el que pretendía retratar a diversos personajes urbanos con sus bicicletas para rendirle un tributo a los oficios bicicleteros que han forjado a este país. Ahí nació el concepto y el título del libro: Las Bicicletas y sus Dueños.
Todo iba “bien”, pero a pesar de las clases y cursos de fotografía en la universidad, resulté malo para tomar fotografías, el resultado no me gustaba. Era un fracaso como escultor y fotógrafo. Tuve que dar semejantes vueltas creativas para llegar al mismo punto de partida. Rayos, y no precisamente de bicicleta. Siendo redactor en agencias de publicidad y periodista en medios impresos y electrónicos, ¿por qué no escribir un libro sobre la bicicleta y tratar de expresar su trascendencia y significado? Aquí se cruzaron mis dos pasiones, las bicicletas y las letras, cuyo resultado fueron las biciletras. No deseaba hacer un libro lineal, quise que fuera un rol en rila suave y agradable, como un paseo en bici al atardecer.
Una tarde de 2002 leí una entrevista que le hicieron a Albert Einstein. En ella le preguntaban cómo había llegado a la ecuación Energía es igual a la masa de un objeto por el cuadrado de la velocidad de la luz (E=MC2), a lo que él respondió que se le había ocurrido mientras daba una vuelta en bicicleta. La entrevista era ilustrada con la fotografía de Einstein pedaleando, en cuya cabeza anotaban su principio universal: “La vida es como un paseo en bicicleta, para estar en equilibrio es necesario mantenerse en movimiento”. Al ver la imagen del genio divirtiéndose como niño, reconocí la bici que montaba, era una Schwinn Crucero B10E con llantas que tenían cámara de aire Dunlop y cara blanca. Había leído algo sobre esa bici y vi algunas fotografías en aquellos libros que conseguí durante los viajes.
Todo se acomodó en mi cabeza. Einstein era el primero del pelotón, seguramente había más. Y así fue, empecé a cazar personajes y bicicletas. En 2002 me senté escribir los primeros textos que publiqué en Milenio Diario. Fueron seis años de investigar vidas, obras y bicicletas de todas las épocas y todos los campos del acontecer humano: políticos, científicos, ciclistas, escritores, músicos, cineastas, revolucionarios, estrellas, líderes espirituales, locos de la bici. ¿Quién era el personaje, cuál había sido su idea y aportación, y qué bicicleta usaba?

Sobre la marcha consulté e investigué en diversas fuentes y siempre me encontré con esta laguna seca de la historia de la bicicleta en México. Descubrí que no existe un libro hecho aquí que documente la historia general de la bicicleta, como tampoco se conoce el registro histórico de su llegada a nuestro país, el desarrollo y la importancia que ha tenido como una pieza fundamental de nuestro desarrollo. Con mucho trabajo logré armar las historias de las tres marcas nacionales más importantes en la actualidad: Alubike, Benotto y Turbo. México es un país bicicletero en toda la extensión de la palabra, ¿por qué su cultura ciclista es tan raquítica? Sabemos que las primeras bicis en la Ciudad de México aparecieron alrededor de 1900, llegaron de París y Nueva York como el entretenimiento de moda entre la alta sociedad que importaba el estilo europeo. Se popularizó en todo el país durante las primeras cuatro décadas del siglo pasado, sustituyendo al caballo, al burro y a la mula como medios de transporte y de trabajo. Moverse en bici era más barato porque no necesitaba de cuidados ni alimentación como tampoco necesita combustible ni mantenimiento de motor. Con el paso de las décadas, la bicicleta se convirtió en un vehículo esencial en el panorama urbano y rural de México debido a su gran versatilidad y su belleza funcional.
En 2008 tuve el material suficiente para armar el libro. Siempre lo consideré un libro conceptual, para pasear en bici, por eso cada capítulo se convirtió en una pieza del equilibro. Publicarlo fue otro rol. Tuve encuentros y desencuentros con editoriales de todo tipo. Al final tomé la decisión de crear una y publicarlo por mi cuenta, tal y como lo había imaginado y concebido con la diseñadora e ilustradora Maru Sandoval. Fue como armar una bici de palabras e ilustraciones para que el lector pudiera pasear por sus páginas. Un libro para que cualquier persona se entretenga y encuentre algo interesante, especialmente las tribus del universo ciclista.
Tú nómbralos: pista, ruta, turismo, urbano, fixed, montaña, trial, downhill, agressive, freeride, lowride, ecoride, BMX, freestyle, flatland, los solistas, ocasionales, domingueros, ciclomensajeros y los millones que no se consideran ciclistas urbanos o rurales ni se preocupan por crear conciencia ni mucho menos usar un casco o ropa reflejante: repartidores, jardineros, carteros, panaderos, herreros, afiladores, lecheros, plomeros, policías, zapateros, tamaleros, ropavejeros, cerrajeros, bicitaxis, palecletos, publiclistas, coleccionistas, dueños de tiendas y talleres. Todos tienen en común dos ruedas, equilibrio y libertad. Un invento tan sencillo y perfecto, con tantas aplicaciones que mejoran la vida de las personas, no puede ser menos que genial. Y eso es motivo suficiente para escribirle un libro antes de escapar de este mundo en bicicleta improvisando un jazz dedicado a las tribus ciclistas.
*Texto jazzeado en las Charlas en Bicla, organizadas por Puebicla, con fondo musical de Louis Armstrong, Duke Ellington, Benny Goodman, Count Basie, Billie Holiday, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk, Sara Vaughan, Dave Brubeck, Miles Davis y John Coltrane. Aquí con los ciclistas y una www.bamboocycles.com