Wednesday, June 30, 2010

De la tierra al espacio

Andar en bicicleta es volar con los piesAprender a pedalear es un triunfo del cerebro, tan importante como caminar. De alguna forma, andar en bici es caminar en el aire. Esto es lo que une al ciclista en equilibrio con el astronauta en microgravedad, ambos quedan suspendidos y aún así tienen que desplazarse.El mismo cerebro infantil que aprende a dar los primeros pasos ha logrado que el ser humano pueda despegarse de la tierra y volar más allá de la atmósfera, fuera de este mundo. Quizá por eso en 1969, cuando Neil Armstrong pisó la Luna, lo primero que dijo se convirtió en frase célebre: “Esto es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Es decir, la carrera aeroespacial empezó a pie.Veamos: las pre-bicicletas, como el Celerífero del Conde de Sivrac, de 1790, y la Draisina del ingeniero Baron von Drais, de 1816, no tenían pedales ni palancas. Eran artefactos que se impulsaban con los pies en la tierra, el ciclista caminaba o corría con la bici entre las piernas. En 1861, el hombre finalmente logró pedalear gracias a las palancas de Henry Michaux y a los pedales de McMillan.Entonces rodar no bastó para aplacar las inquietudes de la imaginación y el progreso, el siguiente paso era volar. Fueron muchos los pioneros del aire, entre ellos el inventor francés Paul Cornu, quien patentó la “Bicicleta Voladora” en 1907, considerada el primer prototipo de helicóptero. En la actualidad las bicicletas, los aviones y las naves espaciales están emparentados porque se fabrican con los mismos materiales, digamos que comparten el DNA.El primer hombre de ciencia en explicar y enunciar el principio físico de la bicicleta fue Albert Einstein, lo hizo de manera muy sencilla: “La vida es como un paseo en bicicleta, para estar en equilibrio es necesario mantenerse en movimiento”. Para Carl Sagan, el Guía de Cosmos, la bicicleta era una máquina para viajar en el tiempo, cosa que logró demostrarse en un simulador conectado a una bici fija.De aquí a los vuelos espaciales sólo había un pedalazo de distancia: en 2001 (el año de la Odisea en el Espacio de Stanley Kubrick) pudimos ver las imágenes de la Agencia Espacial Europea que mostraban el interior del transbordador Endeavour, equipado con una bicicleta, ejercicio que se recomienda a los astronautas para prevenir la atrofia muscular en la microgravedad. Sin duda, en la bicicleta y en el espacio, el hombre vuela con los pies.Publicado en Bike a Fondo.

Friday, June 18, 2010

CANVAS #16

Fixed Gear Culture

Entrevista: Acamonchi
Fotografías: Matt Lingo
Revista Canvas


Monday, June 7, 2010

Si Jesucristo caminó en el agua

El ciclista camina en el aire


El ciclismo es una religión. El creyente pedalea con fervor y cuando puede le alza un altar a su bicicleta. El proceso que sucede en su cerebro es una sinapsis en la que se producen endorfinas: adrenalina, serotonina y dopamina, los neurotransmisores responsables de liberarnos del dolor, regular la alegría, la emoción, la tranquilidad y el sueño. Una reacción semejante sucede en el cerebro del creyente religioso cuando va a misa de ocho de la mañana. Cada quien sus métodos. Lo interesante es que el ciclismo también te puede conducir a estados de conciencia alterada y éxtasis místico. La bicicleta es un regalo divino. Si Jesucristo caminó en el agua, el ciclista camina en el aire, como los ángeles.