Tuesday, June 21, 2011

Las cabezas rodantes generan ideas brillantes

Por este motivo, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés) y la Red Nacional de Ciclismo Urbano (BiciRed) te invitan al concurso de diseño gráfico Like Humans do EN BICI.

¿Tú o tu grupo han hecho diseños para promover el uso de la bici como medio de transporte?
Envíalos a morozco@itdp.org con estas medidas:
- 61 x 91.5 cm.
- Formato: JPG, PDF, PNG
- Resolución mínima 270 DPIs.
- Archivo comprimido para facilitar su recepción

Envía tu material del 20 de junio al 18 de julio del año en curso.

David Byrne seleccionará los primeros lugares:

1ero.
Una bicicleta, más un paquete de 4 libros: Por mi ciudad en bici, Las bicicletas y sus dueños, La Revolución de las Mariposas y Diarios de Bicicleta.

2do.
El paquete de los 4 libros.

3ero.
El libro de David Byrne, Diarios de Bicicleta.

Todos los diseños serán exhibidos en noviembre, durante el 4º. Congreso Nacional de Ciclismo Urbano en Monterrey.

Las cabezas rodantes generan ideas brillantes

Wednesday, June 15, 2011

Como el niño con los zapatos rotos

Aunque conozcas tus reacciones más comunes, es imposible saber cuándo te asaltará un sentimiento que no recuerdas haber tenido. El domingo antepasado se rompió el rin trasero de mi bici de montaña. Ya no pude seguir el rol. El Alexrim estaba desgastado y resentido por el paso del tiempo en los caminos, tronó en pedazos y la rueda de la Kona Blast dejó de girar. Sobrecargado de energía como andaba, regresé al micrositio, saqué la Merida de ruta y me lancé a la carretera.

Como ando bruja, rescaté dos rines usados Araya que tenía guardados (siempre guardo y reutilizo todo) y me fui directo al taller La Fe, donde Noé y su papá hicieron un buen trabajo. Uno de los Araya de plano estaba muy jodido (el trasero) y le tuvieron que meter uno nuevo. Pero la cosa no paró ahí. Como el desgaste de los mecanismos y las piezas de la rila es general, al cambiar el rin y meterle uno ajeno, también tuvieron que cambiarle la rueda libre y el caset, un Shimano más pequeño y accesible a mis posibilidades.
Total, que la Kona quedó medio hechiza entre piezas originales, otras recicladas y las nuevas adaptadas. El domingo pasado me lancé a dar un rol para probarla en el Desierto de los Leones. Y sí, la bici quedó bien, pero ya no era la misma. Le cambiaron el alma. Pesada y lenta para subir. Algo muy parecido a lo que sucede cuando el disco duro de la Mac se te jode y lo tienes que cambiar. Funciona, prende y todo, pero no es la misma Mac; queda lenta, limitada, despersonalizada, vacía, desconocida…
Para rematar, estando arriba en las piedras de Muñecos, me encontré a unos compas de la bici. Estuvimos platicando un momento y me percaté de sus rilas: pura fibra de carbón y doble suspensión. Entonces, lo que nunca me había pasado ni con mis amigos que andan muy bien montados, me sentí como el niño con los zapatos rotos en la escuela. Nunca había experimentado esa sensación, que no es envidia, sino una extraña mezcla de tristeza, frustración e impotencia. Bajamos por Venados, un retorno largo y rudo, y de nuevo sentí que la Kona era una carcachita. Lo nuevo hizo más evidente lo viejo. Tiene cinco años de uso extra intenso y no sé cuántos kilómetros, caminos, montañas, terrenos y climas le he metido. Tampoco tengo una sola queja, al contrario, la Kona es una chingona con esa suspensión Bomber bien cabrona. Pero la veía y la sentía vieja, lista para la jubilación.
Corto de dinero, tendré que ahorrar para hacerme de una nueva. Mientras tanto, ya estoy reconvirtiendo una Specialized Hard Rock que uso en el bosque de asfalto. Cualquier cosa menos dejar de rodar. Después de tres años, el próximo fin de semana le daremos su estrenón en la montaña. La Kona, mi fiel montura Blast, ya está lista con sus llantas slick para rodar por la ciudad.