

De hecho, la bicicleta es como un piano o una guitarra y necesita ser afinada antes de salir a pedalear con ritmo, melodía y armonía. Quizá por eso varios músicos le han dedicado canciones a sus biclas. Tal vez la más famosa de ellas sea la clásica Bicycle Race de Queen, del disco Fat Bottomed Girls, con su portada de chicas semidesnudas en bicis.

A lo mejor Freddy Mercury no tenía idea científica sobre los efectos de su música en las cabezas de sus escuchas, pero es un hecho que Syd Barrett lo experimentó en mente propia.


El excéntrico y genial guitarrista fundador de Pink Floyd era un ciclista habitual y escribió una canción de colores llamada Bike, pieza surrealista incluida en el primer disco del grupo, The Piper At The Gates of Dawn.

La bicicleta ha inspirado al músico de reggae Eek a Mouse, quien entona su tema Bicycle, así como al ya legendario trío femenino de japonesas, The Shonen Knife, quienes en su disco Let’s Knife tocan una estupenda rola llamada Cycling is Fun.

Dos cantautores, Damien Jurado y John Fahey, interpretan sendas versiones de Bicycle Built for Two. Entre los de antaño, el grupo de hard rock Nazareth contaba en su repertorio con My White Bicycle, mientras que los irlandeses Thin Lizzy le dedican unas líneas en la canción Renegade. Sin embargo, Broken Bicycles de Tom Waits es la más inspirada, la versión en vivo que canta antes de Empty Pockets.

También está la pieza de los Sugar Cubes, Motor Crash, incluida en su disco Life’s Too Good, en la que Björk canta que pedaleaba feliz hasta que vio un accidente.

El dúo The Vaselines, uno de los favoritos de Kurt Cobain, tienen la canción Rory Ride Me Raw de su disco All The Stuff and More… Y los fabulosos Pixies, en el disco Surfer Rosa tocan Tony’s Theme, acerca de los vericuetos de un chavo que monta su BMX.


También apareció el grupo The Bicycles con el disco The Good, the Bad and the Cuddly; mientras que hoy suena I can ride my bike with no handlebar de los Flobots.

Publicado en Bike a Fondo #14