La Orbea de Nico*
por: Rogelio Garza
Morir en bicicleta es algo reservado para unos cuantos. Modelo, actriz, cantante y compositora, la diva dark murió a los 49 años mientras pedaleaba en la isla española de Ibiza. De seguir en este mundo, el 16 de octubre Nico hubiera cumplido siete décadas.
La rubia de ojos profundos se llamaba Christa Paffgen, trágicamente hermosa desde su nacimiento en 1938 en Colonia, Alemania, durante el nazismo. Su padre desapareció en un campo de concentración al iniciar la 2ª. Guerra Mundial y ella creció en Berlín, a salvo de los comunistas pero en las garras de su madre. Ahí, la ambición materna encontró en la extraordinaria belleza de su hija el motivo perfecto para sacarla del colegio e iniciarla en el modelaje a los trece años.
Sin duda su vida fue como una canción triste y llena de excesos cuyo final llegó en 1988, hace 20 años, aquella tarde calurosa de julio. Salió a dar un paseo y la encontraron tirada junto a la bici, víctima de un infarto y del golpe al caer. Su muerte en la isla blanca de España ameritaría que la canción fuera del otro blues, Bulerías de la Nico interpretada por el Camarón y el Tomatito, o una escultura de la maja en el lugar de los hechos tipo la Cabeza de Toro de Pablo Picasso (el sillín de bici con el manubrio como cuernos), quien solía vacacionar en aquel lugar.
Por ubicación geográfica suponemos que Nico pedaleaba una bicicleta ibérica de gran tradición, la Orbea crucero que hoy se denomina Cross Leisure, diseñada para dar paseos con calma, la típica de renta para andar de turista, dominguear por el pueblo y la ciudad e ir a la playa. Es una bici para montar en zonas sin muchos relieves, estable y cómoda debido a su diseño robusto, al confortable sillín y a que permite ajustar el manubrio para ir en posición vertical. Las primeras fábricas españolas de bicicletas surgieron después de 1900, Béistegui Hermanos (BH), G.A.C. y la más conocida de todas, Orbea. Esta empresa familiar, creada por los hermanos Juan Manuel, Mateo, Petra y Casimiro, inició en 1840 siendo una fábrica de rifles y pistolas en Éibar, País Vasco. Medio siglo más tarde, los hijos Jacinto, Valentín y Juan la convirtieron en Orbea y Compañía, construyeron una hidroeléctrica y abrieron otra fábrica en Argentina. Pero en 1926 los problemas familiares la dividieron en dos empresas: Hijos de Orbea, que siguió fabricando armas y cartuchos; la otra, Orbea y Compañía, cambió las armas por las bicicletas. En esos días la bici se popularizó en España, pues solía ser un pasatiempo de la clase alta, a pesar de que en 1936 se detuvo la producción por la Guerra Civil hasta el 39. Para 1950, Orbea despuntó al introducir una bici con motor, la Velosolex.
En esa década de los 50 la carrera de Nico despegó cuando se fue a vivir a París para quedar enmarcada en las revistas de moda y en las pantallas de televisión. Así la descubrieron varios cineastas y fotógrafos fascinados por su sensualidad con quienes trabajó: Nico Papatakis (a quien le debe el sobrenombre), Alberto Lattuada (La Tempesta), Rudolph Maté (For the First Time), Jaques Poitrenaud (Strip-Tease) y Federico Fellini (La Dolce Vita). Para entonces hablaba alemán, inglés, español, italiano y francés, sólo le faltaba tener un hijo y tuvo a Christian Aaron con el actor Alain Delon al iniciar los 60. En esos tiempos, justo cuando se levantaba el muro en Berlín, Nico entraba al mundo del rock por la vía de la seducción a través del guitarrista de los Rolling Stones, Brian Jones, quien la llevó a grabar “Im not sayin” con Andrew Loog Oldham y Jimmy Page.
Ya encarrerada se ligó a Bob Dylan, el que le escribió “I’ll Keep It With Mine” y la presentó con Andy Warhol. De inmediato logró integrarse al círculo de superstars que frecuentaban The Factory, el antro-estudio del artista, y figurar en su película Chelsea Girls. Después fue corista de Velvet Underground, el grupo de Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker que tocaba en el performance multimedia Exploding Plastic Inevitable. De este proyecto resultó el disco The Velvet Underground & Nico, el clásico de 1966 con la portada del plátano. Ella sólo canta tres canciones: “All Tomorrow Parties”, “Femme Fatale” y “I’ll Be Your Mirror”, que le bastaron para coronarse como la reina del rock de cabaret. Los egos los llevaron por caminos distintos, el grupo se convirtió en una referencia musical obligatoria y Nico se reafirmó como una artista fascinante y misteriosa. Conoció al cineasta Philippe Garrel y filmaron 10 películas, también fue prolífica en relaciones con rockeros peligrosos como todos los mencionados, además de Jim Morrison e Iggy Pop, al que contagió de gonorrea y un gusto especial por el vino francés. Entonces la estrella de esta bicicleta adquirió, entre otros, el hábito de la heroína.
Durante los 70 la voz aterciopelada grabó discos solistas bajo la producción de los excelsos Cale, Brian Eno y Phil Manzanera: Chelsea Girls (con canciones de Dylan y Jackson Browne), Marbel Index (ella escribió todo, además tocaba el piano, el harpsicordio y el pandero), Desertshore y The End. Su figura creció en los 80 por ser inspiración reconocida de Patty Smith, Siouxsie, Bauhaus y Dead Can Dance, lo cual le dio un status de culto en el mundo musical que no se opacó cuando se supo que había iniciado a su hijo de 17 en la heroína. Él había probado el LSD en el vientre de su madre, ya tomaba alcohol y chupaba anfetaminas a los cuatro años. Ella siguió grabando discos seductores y abismales como Drama of Exile, Camera Oscura, Heroin, y cantando en vivo con su dolor interminable hasta el último concierto en 88, Fata Morgana.
En 1975 Orbea cambió de dirección y se instaló en el municipio de Mallavia, Provincia de Vizcaya, donde aún continúa, y tras una severa crisis empezó a formar parte de Mondragón Corporación Cooperativa. Hoy fabrica bicis de ruta, de montaña y crucero, su especialidad son los diseños de fibra de carbón, sus famosos cuadros Orca y Ordu, así como el Oiz y sus dobles suspensiones. La compañía suele organizar competencias y patrocinar a equipos de ciclistas, hoy lo hace con el Euskaltel-Euskadi de ruta, además de tener el suyo desde 2005. En años recientes la marca ha crecido fuera de España, un país que se distingue por su cultura de la bicicleta, los avances que han logrado en sistemas de transporte urbano (www.bicing.com) y sus grandes ciclistas: Miguel Indurain, Pedro Delgado, Luis Ocaña y los actuales Carlos Sastre, ganador del Tour de Francia 2008, y Alberto Contador, considerado el mejor del mundo este año por llevarse el Tour 2007, el Giro de Italia y la Vuelta de España 2008.
Morir en bicicleta suena a título de canción tocada por Ojos de Brujo. En el Tour de Francia de 1967, el británico Tom Simpson sufrió una caída y fue auxiliado por los espectadores para seguir pedaleando unos metros más, sus últimas palabras antes de caer muerto por colapso fueron "Put me back on my bike". Así pues, una artista de la talla y encanto de Nico no podía partir de manera común y estática. Meses antes del infarto se había impuesto un programa para dejar la heroína tras casi dos décadas de hábito, pero su corazón roto y cansado no soportó el paseo final. Murió por hemorragia cerebral unas horas después de caer. Salió de este mundo en fade out, pedaleando como esas musas de largas cabelleras que montaban bicicletas antiguas en el cielo nocturno.
Como una estrella rodante.
* Publicado en Milenio Diario, El Ángel Exterminador.